Si te decimos que es posible recorrer París en tan sólo 24 horas, ¿nos creerías? Es más, ¿sabrías respondernos a qué ver en París en tan poco tiempo? Ya lo decía Hemingway, París est une fête, y esta maravilla hecha ciudad, una metrópoli que merecería ser nombrada 8ª maravilla del planeta, debe ser visitada al menos una vez en la vida. O mejor, dos o tres. La ciudad de la luz, la ciudad del amor, todo aquello que buscan los europeos como significado de vivir bien en una excelente ciudad. Moda, elegancia, historia, arte, cultura, ocio y romanticismo es todo lo que la alimenta constantemente y que se encuentra en cada rincón escondido de París.
París en 24 horas
Para todos aquellos que la conocemos y la amamos, sabemos que París es tan grande que nuestra mano sobre un mapa no alcanza todos los rincones que nuestros pies podrían recorrer. Ni una cara de un folio alcanza para anotar todos aquellos rincones que se deben visitar para impregnarse de su magia. Si tenéis sólo 24 horas para estar en una de las mejores ciudades del planeta, ya sea porque estáis haciendo escala en ella o porque habéis perdido días de vacaciones, he aquí las 6 cosas imprescindibles que ver en Paris en 24 horas. ¿Preparados para viajar con la imaginación a la capital de Francia?
1. Cruza la peligrosa rotonda de Arc de Triomph y visita una boutique en Champs Elysées
Los Champs Elysées es la primera parada obligatoria en la ciudad de la moda. No por el ansia de consumismo al que invitan todas las boutiques que encontrarás en la avenida más grande de París, sino porque te harás una verdadera idea de la majestuosidad de la ciudad.
Si te bajas con el metro en Charles de Gaulle- Étoile L1/L2/L6, estarás en el punto más alto de Champs Elysées, justo en frente del famoso Arc de Triomph, donde es prácticamente imposible cruzar a pie la rotonda en la que este monumento se encuentra. ¿Te atreves?
2. Un ‘selfie’ con la italiana más famosa de París: la Mona Lisa
Si bajas caminando los famosos Champs Elysées, te encontrarás en los jardines de Tuileries, y justo al final, te percatarás de que has entrado en el recinto de uno de los museos más famosos de Europa: el Louvre.
Hazte una foto con sus pirámides de vidrio en el exterior mientras haces la cola para entrar, pero eso sí, no puedes salir del museo sin haberte hecho la mejor foto: un ‘selfie’ con la Gioconda.
Si accedes a la sala de arte grecorromano e italiano, no sólo encontrarás grandes obras como la Victoria de Samotracia, el Juramento de los Horacios o la Liberté Guidant le Peuple. Aquella sala en el segundo piso donde veas más gente es donde se encuentra ella, la italiana más famosa de París: la Gioconda. ¿Preparado para dar codazos y poder hacerte un ‘selfie’ con esta belleza del siglo XVI?
3. Sube al tercer piso del punto más alto de París: la Tour Eiffel
Imprescindible en esta lista de cosas que ver en París en 24 horas. Si quieres aligerar tu subida a la Tour Eiffel, te recomendamos que lo hagas caminando, ya que las filas suelen ser más cortas y la entrada cuesta menos de la mitad que si lo hicieras en ascensor.
4. Cómete un crêpe en el Sena mientras manchas un libro recién comprado en los bouquinistes
El dulce por excelencia francés, el crêpe, ¿qué mejor manera de tomarlo que con deliciosa nutella? Son muchos los lugares donde podrás encontrar exquisitos crêpes, pero pocos los ideales para comértelo.
Nuestra recomendación: cómpralo como postre, cómprate un libro antiguo de los bouquinistes y siéntate a orillas del Sena a disfrutar de estas dos delicias. ¿Te sientes cada vez más parisino, verdad?
5. Cuenta las escaleras de caracol de Notre-Dame
Lo más bonito de Notre Dame no es su cúpula central, ni su paradigmático estilo gótico: lo mejor es marearte subiendo las escaleras a la campana de esta iglesia.
Son más de 384 escalones que cada vez se estrechan más y que llevan a la zona más alta de Notre Dame. Una ascensión que vale la pena, ya que las vistas de la ciudad son verdaderamente espectaculares, sobre todo a mano derecha con Montmartre. Eso sí, recuerda que todo lo que has subido, después tendrás que volver a bajarlo.
6. Vuelve a ser un niño en el tiovivo de Montmartre
El barrio más popular de París, el que regala más imaginario a todo aquel que la visita, los cabarets, el famoso Mouling Rouge, es Montmartre. Y no puedes marcharte de él sin conocer la famosa basílica de Sacré Coeur.
Antes de acceder a ella, podrás volver a sentirte como un niño en el parque a sus pies. Está lleno de actividades para los más pequeños, como un tiovivo en la parte más baja. ¿Cuántas vueltas en él podrás soportar?
Chopin decía: “París responde a todo lo que el corazón desea. Uno puede divertirse, aburrirse, reír, llorar o hacer lo que se le antoje sin llamar la atención, puesto que miles de personas hacen otro tanto…y cada uno como quiere”.
¿Qué te han parecido estas recomendaciones sobre qué ver en París en tan sólo 24 horas? Sin duda alguna, esperamos que París haya respondido también a todo lo que tu corazón aventurero estaba buscando en la capital de Francia.
Si te hemos animado a viajar a París y si necesitas un lugar donde descansar tras este intenso día, échale un vistazo a la lista de hoteles baratos en París que te proporcionamos.
¿Y si tengo más tiempo para visitar París?
En caso de que hayas decidido dedicar más tiempo para visitar París, te recomendamos que huyas de los sitios más turísticos y visitados, y te animes a hacer esta ruta por los rincones más desconocidos de París que te proponemos. Moderna y cosmopolita, excéntrica y clásica: París siempre está de moda. Pero, por extraño que pueda parecer, aún queda algún rincón de París desconocido, casi olvidado. Barrios de tradición antigua, con rasgos típicamente parisinos que esconden fascinantes páginas de la milenaria historia de la capital de Francia: pequeñas joyas que todavía permanecen escondidas a los grandes tour de los turistas, esquinas que mantienen atmósferas intactas desde hace siglos. Estos son 4 lugares alternativos a los que tendrás que acudir sin falta en tu próxima visita a París.
Point Zéro en París
Todos los españoles conocen el kilómetro cero de la plaza del sol de Madrid, pero sabias que también en parís hay un KM 0? Los franceses no le llaman KM 0, le llaman Point Zéro, y además por supuesto no es el centro geográfico de Francia, pero es considerado el corazón de Francia, en el centro de París. Para descubrir París se parte de este punto, una especie de centro de gravedad.

El punto cero se utiliza para calcular la distancia de todos las carreteras del país y se encuentra en frente de la Catedral de Notre Dame. Los que son supersticiosos harán bien en pisarlo, porque parece que trae buena suerte y se dice que los turistas que pasan por encima del Point Zéro, seguramente volverán a París.
Casas antiguas, calles antiguas e iglesias históricas de París
El corazón medieval de París se encuentra entre el 3 y el 4 º Arrondissement, los distrito de la capital francesa. Hay que desplazarse al Marais para descubrir las maravillas de la Place des Vosges, construida por Enrique IV. Es una especie de plaza real, con edificios rojos en los cuatro lados de la plaza con tejados de pizarra de color azul, habitado a lo largo de los siglos por ilustres inquilinos como Victor Hugo (su casa es un museo con entrada gratis).

En cambio la casa más antigua de París, que se encuentra en el 51 de rue Montmorency, perteneció al escritor alquimista Nicolas Flamel, quien la hizo construir para hospedar los pobres a cambio de que cada día recitaran un Padre Nuestro y un Ave María, como aun a día de hoy se puede leer en la antigua placa colgada en la fachada del edificio.
Caminando por el barrio de Marais, no es difícil encontrar casas y calles medievales y, mirando a las paredes, incluso se puede encontrar en los cruces inscripciones antiguas y símbolos que indican la profesión de los antiguos dueños de las casas o de una determinada calle. En cuanto a las iglesias de este barrio de París, estas tampoco dejarán decepcionado al turista: la más famosa es la Iglesia de Saint Sulpice, segunda en tamaño sólo a Notre Dame, que también se menciona en el Código Da Vinci.
Es famosa sobre todo por su misterioso reloj de sol con forma de obelisco: una barra de cobre se pincha en un determinado punto en el suelo de la iglesia y muestra la fecha del equinoccio de marzo, que corresponde al día del año en el que los rayos del sol del mediodía, deslizándose desde la ventana del crucero sur, recorren exactamente la misma línea de la línea de cobre del suelo.
Quimeras y misterios de Notre Dame en París

Sin duda no necesita presentación una de las más famosas catedrales góticas del mundo, el monumento más visitado de París, el corazón de acontecimientos históricos y leyendas literarias atemporales. Construido en la Île de la Cité, donde antiguamente se encontraba un templo dedicado a Júpiter, Notre Dame es realmente espectacular.
Para conocer el interior de la iglesia más famosa de París una semana no es suficiente: los más interesante en Notre Dame sin duda son las gárgolas, los monstruos de piedra que ríen y que no son más que canaletas para el agua de lluvia, y las quimeras, esculturas de Eugène Viollet-le-Duc, desde siempre pesadilla de todos los niños (añadidas en el siglo XIX). Luego deteneros un rato en el Portal del Juicio Final, admirando las vidrieras rebosantes de imágenes de santos y escenas bíblicas y las distintas rosetas.

El Louvre de París y sus obras más antiguas y desconocidas
París es una ciudad tan fascinante hablar de sus misterios es natural. Como si eso no fuera suficiente, también Dan Brown, que con su Código Da Vinci ha sacado a la luz los viejos mitos acerca de los lugares más oscuros de la capital francesa como el museo del Louvre, el museo más famoso del mundo, con obras de arte y piezas históricas de valor incalculable.
Y es que, a pesar de que todo el mundo visita el Louvre para admirar su obra más famosa, la Gioconda de Leonardo da Vinci, en este museo hay mucho más. Por citar algunas cifras, hay más de 100.000 piezas de arqueología de Oriente Medio, 45.000 piezas de arqueología griega, etrusca y romana, y lo más intrigante del Louvre, su colección del antiguo Egipto, con sarcófagos que datan de hasta 4.000 años antes de Cristo. Esta colección es de las más antiguas del mundo y fue comenzada a principios del siglo XIX para acoger los innumerables restos arqueológicos que se llevó Napoleón tras su conquista de Egipto. Su pieza más importante es la famosa estatua del “escriba sentado”.
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