Pikk Herman y Margarita la Gorda, las dos torres mayores, vigilan desde hace siglos Tallin: la pequeña capital de Estonia que lleva en cada rincón las señas de su historia y que es un destino perfecto para una escapada de fin de semana. Y es su historia la razón por la cual actualmente hay muchísimas cosas que ver en Tallin.
Donde está Tallin y cómo desde España
Tallin se encuentra en Estonia, el más pequeño de los países bálticos, ubicado en el golfo de Finlandia, en la frontera con Rusia y justo enfrente de Finlandia (si te gusta este país quizás te interese echar un vistazo a este post sobre hoteles para ver auroras boreales en Finlandia). Debido a su cercanía con Rusia, Finlandia y Letonia, muchos aprovechan el viaje para visitar también Helsinki, San Petersburgo y Riga.
Desde España son muchas las compañías aéreas que llegan a Tallin y muchas son las ciudades que tienen conexiones con escala con la capital de Estonia.
Los únicos vuelos directos desde España hasta Tallin salen de la ciudad de Gerona con la compañía Ryan Air, y desde Málaga con la compañía AirBaltic. Sin embargo, estas conexiones directas solo operan en los meses de primavera y verano.
Que visitar en Tallin
Hacer turismo en Tallin es pasear por sus calles del centro, un laberinto de torres y callejuelas serpenteantes. Es visitar sus grandes y majestuosas casas de piedra de los comerciantes hanseáticos, con la clásica barra de madera de la que cuelgan poleas con sacos de grano. O admirar las líneas brillantes de la catedral ortodoxa de Alexander Nevsky, legado de la dominación zarista poco amada por los habitantes de Tallin. Y es que esta es la imagen que se puede esperar visitando Tallin, una pequeña ciudad del norte de Europa, convertida en patrimonio de la UNESCO gracias a su centro histórico, el más antiguo y grande de Europa del Norte.
Sin embargo, la capital más antigua del norte de Europa abraza con entusiasmo las novedades de la vida moderna. Casi toda la capital está conectada, y los carteles que indican que hay conexión wi-fi gratis, son prácticamente en todas partes: en los centros comerciales, en las plazas y en los grandes parques públicos. No está mal, teniendo en cuenta que es el más pequeño de los tres estados bálticos, un país que solo hace poco logró su independencia de la Unión Soviética y que desde tan solo el 2004 es miembro de la Comunidad Europea, siendo su moneda oficial el euro desde 2011.
Tallin hoy en día es una capital que sorprende: medieval e histórica, pero a la vez joven, vibrante y tecnológica. ¿Sabías que aquí se hizo la puesta a punto del software de Skype? Desde entonces, 800 millones de usuarios en todo el mundo se llaman entre sí de forma gratuita, por lo que el «New York Times» definió a Tallin como «el Silicon Valley del Mar Báltico», un pedacito de California en el norte de Europa.
Raekoja Plats
Un clásico de la capital de Tallin es cruzar Raekoja Plats, la Plaza del Ayuntamiento rodeada por una línea continua de casas pintadas en colores brillantes que tanto recuerda a Praga. Y hay muchos que aprecian las idas y venidas de las chicas en traje medieval a la sombra de la muralla permanecida milagrosamente intacta a lo largo de los siglos y no obstante varias guerras en sus espaldas.
Restaurante Olde Hansa
No puedes decir que tu lista de cosas que ver en Tallin está completa sin haber acudido al Restaurante “Olde Hansa”, ubicado en un antiguo edificio medieval. Aquí se cena al son de flautas y clavicordios, mientras que la luz de las velas crea un ambiente autentico y mientras se degustan suculentos platos de caza, de arenques del Báltico y, a veces, platos a base de carne de oso. Todo respectando las mejores recetas de la edad media y recreando el ambiente de aquella época. De hecho, se trata de un restaurante temático de la edad media: aquí no hay electricidad, las recetas son auténticas y los camareros van vestidos al estilo de la época.
Pasaje de Santa Catalina
Esta zona además es el punto de partida ideal para una ruta en la ciudad baja y para seguir el camino de la muralla de casi 2 km de longitud y salpicado por 20 torres, paseando entre mujeres y los hombres en trajes del Renacimiento.
Las murallas de Tallin constituyen las fortificaciones de la edad media mejor conservadas de Europa y confieren a la ciudad su aspecto de cuento de hadas tan encantador.
Para visitar la muralla desde dentro hay que ir a las tres torres en la esquina noroeste del centro histórico. Los visitantes pueden explorar las torres y la muralla y disfrutar de un pintoresco panorama de los techos de tejas rojas del casco antiguo.
Mirador Patkuli
Desde este punto panorámico, ubicado en la colina de Toompea, se puede gozar del panorama más hermoso de la ciudad: a la derecha la muralla de Tallin y a la izquierda los barrios de Kalamaja y Pelgulinn.
Catedral de San Alejandro Nevski
La Catedral de San Alejandro Nevski es la principal catedral ortodoxa rusa de Tallin. En la misma colina Toompea se puede admirar su gran cúpula en forma de cebolla y su interior con decoración muy recargada, típica de las iglesias ortodoxas. Esta catedral no es muy antigua: de hecho, su construcción remonta tan solo al año 1900, cuando Estonia formaba parte del imperio zarista ruso.
La catedral fue dedicada al príncipe de Novgorod, Alexander Yaroslavich Nevski, quien dirigió la famosa batalla del hielo en el lago Peipsi en 1242, que detuvo el avance hacia el este de los cruzados alemanes.
Castillo de Toompea
Siempre en la colina de Toompea se encuentra el castillo de Tallin, justo enfrente de la Catedral de San Alejandro Nevski. La que actualmente es la sede del parlamento de Estonia remonta su historia hasta el siglo XIII, cuando los Caballeros de la Espada alemanes fueron los primeros en fortificar esta zona de la colina que se encarama sobre un acantilado de piedra caliza.
El castillo original ha sido renovado varias veces, sin embargo, aún conserva su forma original en la cual destaca la torre Pikk Hermann de 46 metros de altura, símbolo de la soberanía nacional de Estonia.
La Farmacia más antigua de Europa
No muchos saben que una de las cosas que ver en Tallin es una farmacia. Su importancia se debe en gran medida, al hecho de ser la farmacia más antigua de Europa, en función desde 1422. Se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento y se dice que hasta el mismísimo Zar de todas las Rusias solía pedir sus medicamentes aquí.
Otras torres famosas que ver en Tallin
Tallin es una ciudad de torres. De hecho, hay un motón y muchas son famosas. Empezando por las dos torres cubiertas de hiedra que guardan la entrada de la Calle Viru, el caso antiguo de la ciudad, formando lo que es la famosa Puerta Viru, paso obligado para todos aquellos que quieren acceder al corazón de la ciudad.
Otra de las torres más famosas de Tallin es Kiek in de Kök, una enorme torre de cañones de 38 metros de altura que alberga un museo de fortificaciones, armas y vida medieval. Además, es el punto de partida para visitar los túneles del bastión.
Y a protección de la zona norte de Tallin se hallan las torres de la Gran Puerta de la Costa y la Torre de Margarita la Gorda. Estas torres se edificaron con un doble objetivo: defender la ciudad desde el lado del mar e impresionar a los visitantes que llegan a través del puerto.
Desde mayo hasta septiembre los visitantes pueden subir las escaleras de la Torre Margarita la Gorda hasta la azotea para disfrutar de una vista de postal del puerto de Tallin y del casco antiguo.
La Gran Puerta de la Costa, junto con la Puerta Viru, son las dos última de las seis puertas que guardaban los accesos a la ciudad en época medieval.
Túneles de bastión
Otro lugar que ver en Tallin son los túneles de bastión. Se trata de una serie de túneles y pasajes subterráneos de uso militar construidos en el siglo XVII en las entrañas de la colina de Toompea. Los primeros en crear estos túneles fueron los suecos, durante la época de su dominación, y estos siguieron siendo utilizado a lo largo de las épocas y de las dominaciones, hasta la época soviética durante la cual algunos tramos de modernizaron. Se pueden visitar y ver las diversas épocas de su historia a través de un recorrido, parte a pie parte en tren.
De fiesta en Tallin
Hi- tech y fiestera, Tallin está llena de lugares que no tienen nada que envidiar a las mejores bares y discotecas de Barcelona o de Madrid. Al anochecer una larga fila de gente se prepara para disfrutar de la noche, quienes en los restaurantes especializados en suitsukala (la trucha ahumada que es plato nacional), otros de diseñadores famosos, resultado de la creatividad de arquitectos y jóvenes cocineros. En la calle Olevimagi, justo en frente de la sede de la KGB durante los años de ocupación soviética, muchos son os que se dan cita al restaurante Bocca para degustar exquisitos platos a base de pescado. O también al restaurante “Ö” (que en finés significa isla), con ambiente nórdico-minimalista y los mejores ingredientes de la cocina de Estonia, elegido varias veces el mejor restaurante en el país, en Mere pst 6e.
En Tallin, la tradición de la edad media tiene fuerte presencia en cada rincón, pero para los que quieren algún descanso y volver a la “modernidad”, pueden acercarse al Clazz, local donde pasar la noche escuchando improvisaciones jazz de algunos de los artistas más talentosos de la ciudad. Mientras que los mejores DJ’s de Estonia y de Europa del Norte pasan por el Club Hollywood, el club nocturno más de moda de Tallin, que muchas veces se llena.
Y es que, en la capital báltica, la música nunca falta. La música dio a Estonia la independencia de la ex Unión Soviética, con una “laulev revolutsioon”, la revolución cantada, que se inició en 1987 y culminó un año después en el festival de la canción, cuando una multitud de 300 mil personas cantó, en frente de los líderes políticos, himnos y canciones patrióticas que habían sido prohibidas por el régimen soviético. Ahora, en ese mismo lugar, hay un escenario al aire libre, el Lauluväljak, con capacidad para 150.000 espectadores. En esta plaza, amada por los estonios tanto como el Jardín del Gobernador a los pies del Riigikogu, el edificio del Parlamento de Estonia, han cantado muchos artistas internacionales famosos, como Elton John, los Rolling Stones, Metallica y Depeche Mode.
Pero hay otro lugar, en las afueras de Tallin, que se toma literalmente de asalto, sobre todo en los breves meses del verano nórdico. Es el parque de Kadriorg, que alberga la sede de la residencia de verano del zar, cerca del Kumu, el futurista museo de arte contemporánea y el museo más grande del Báltico. Otro atractivo de Tallin muy recomendable es el barrio de Kalamaja, zona bohemia, una vez habitado por pescadores, hoy refugio de pintores y músicos. Y si Raekoja Plats, el epicentro y el corazón de la ciudad vieja sigue siendo uno de los principales puntos turísticos de Tallin, en los últimos años el barrio de Rotermann se está convirtiendo en otro de los puntos más concurridos de Tallin. Aquí, donde los viejos edificios de ladrillo coexisten con los nuevos edificios modernistas de hierro y de cristal, se dan cita los jóvenes y sobre todo las chicas estonias para ir de compras en las tiendas más de moda de la capital.
Donde dormir en Tallin
- Hoteles de 2 estrellas en Tallin
En el Center Hotel de Tallin te alojarás a un precio muy asequible y muy cecra del casco antiguo de Tallin (unos 15 minutos a pie).
- Hoteles de 3 estrellas en Tallin
Si quieres alojarte en el mismo casco antiguo de Tallin, en un edifico histórico renovado y a un precio muy atractivo, el hotel Olevi Residents es la mejor elección.
- Hoteles de 4 estrellas en Tallin
Un bonito hotel que se encuentra frente al mar y a tan solo 15 minutos del centro de Tallin es el Hotel Domina Illmarine
- Hoteles de 5 estrellas en Tallin
En pleno centro de Tallin está el Hotel Three Sisters, uno de los mejores hoteles de Tallin.
Una escapada a Tallin es seguramente una de las mejores opciones para un fin de semana puesto que la ciudad no es muy grande y es posible visitar Tallin tranquilamente en 2-3 días.